Dolor crónico
Especialistas en intervención psicológica en dolor en Sevilla
El dolor crónico es una condición que afecta no solo al cuerpo, sino también a la mente y las emociones. Vivir con dolor crónico puede constituir un estresante continuado en el tiempo y una situación que limita nuestra calidad de vida. El momento del diagnóstico, además, puede constituir un evento traumático en la vida de la persona que es necesario procesar e integrar.
En nuestro centro de psicología integradora, abordamos el tratamiento del dolor crónico con un enfoque multidimensional, reconociendo la conexión profunda entre cuerpo y mente. Nuestro objetivo es ayudarte a mejorar tu calidad de vida a través de intervenciones que no solo traten los síntomas físicos, sino también los aspectos emocionales y psicológicos que acompañan al dolor crónico.
Es el momento de transformar tu vida y aprender a cuidar de ti. Te ofrecemos un espacio seguro donde explorar tus emociones y desarrollar herramientas para enfrentar el día a día con mayor serenidad.
¿Qué es el dolor crónico?

El dolor crónico es un tipo de dolor que persiste durante meses o incluso años, a menudo más allá de la lesión inicial que lo causó. A diferencia del dolor agudo, que es temporal y tiene una función de alerta para proteger el cuerpo, el dolor crónico no tiene una función útil y puede volverse debilitante, interfiriendo con la capacidad de la persona para realizar sus actividades diarias.
Este dolor puede ser causado por diversas condiciones, como enfermedades musculoesqueléticas, neuropatías, fibromialgia, artritis o incluso puede tener un origen desconocido. El dolor crónico no solo afecta físicamente a quienes lo padecen, sino que también puede desencadenar problemas emocionales como la ansiedad, la depresión, el insomnio y el estrés, creando un ciclo que agrava aún más la sensación de malestar.
¿Por qué es importante tratar el dolor crónico?
El dolor crónico puede tener un impacto devastador en todas las áreas de la vida. Algunas de las razones clave para tratarlo de manera efectiva son:
- Mejorar la calidad de vida: el dolor crónico afecta la capacidad para realizar actividades diarias, trabajar y disfrutar de la vida. Aprender a manejarlo permite recuperar la funcionalidad y la alegría de vivir.
- Prevenir problemas de salud mental: la relación entre el dolor crónico y problemas psicológicos como la depresión y la ansiedad es muy fuerte. Tratar ambos aspectos es crucial para romper el ciclo de dolor y sufrimiento.
- Fortalecer las relaciones interpersonales: el dolor constante puede afectar la forma en que te relacionas con los demás, generando tensiones en las relaciones familiares, de pareja o sociales. Un tratamiento adecuado mejora no solo tu bienestar físico, sino también emocional y social.
- Recuperar la autonomía: gestionar el dolor crónico permite que las personas recuperen el control sobre su vida y su cuerpo, volviéndose más autónomas y seguras.
Factores emocionales en el dolor crónico
En nuestra perspectiva integradora, reconocemos que el dolor crónico no es solo una experiencia física. Las emociones juegan un papel crucial en la percepción y mantenimiento del dolor. Algunos de los factores emocionales más comunes que acompañan al dolor crónico son:
- Ansiedad: la preocupación constante por el dolor, por la posibilidad de que empeore o por la pérdida de funcionalidad puede generar ansiedad. Esta ansiedad, a su vez, amplifica la percepción del dolor.
- Depresión: las limitaciones físicas y la sensación de desesperanza pueden llevar a un estado depresivo, lo que aumenta la intensidad del dolor y disminuye la motivación para buscar soluciones.
- Estrés: el dolor crónico genera un estado de alerta constante en el cuerpo, lo que activa el sistema de estrés. Esto puede empeorar la percepción del dolor y afectar negativamente el sistema inmunológico.
- Aislamiento social: el dolor puede llevar a la persona a evitar actividades sociales, lo que puede generar un aislamiento que agrava la sensación de malestar emocional.
Tratamiento del dolor crónico desde una perspectiva integradora
En nuestro centro, ofrecemos un enfoque de tratamiento del dolor crónico que combina diferentes técnicas terapéuticas para abordar el dolor desde un ángulo tanto físico como emocional. Nuestro enfoque integrador te ayudará no solo a reducir el dolor, sino también a mejorar tu bienestar general y a recuperar la calidad de vida.
Métodos de intervención
- Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): la TCC es una técnica ampliamente utilizada para el tratamiento del dolor crónico, ya que ayuda a identificar los pensamientos negativos que pueden exacerbar el dolor. Al modificar estos pensamientos y patrones de comportamiento, se puede reducir la percepción del dolor y mejorar la calidad de vida.
- Mindfulness y reducción del estrés: las prácticas de mindfulness enseñan a las personas a aceptar y observar su dolor sin juzgarlo, lo que puede reducir el sufrimiento y mejorar la gestión emocional. También se ha demostrado que el mindfulness reduce el estrés y la ansiedad asociados al dolor crónico.
- Técnicas de relajación: estas técnicas ayudan a reducir la tensión muscular, mejorar la circulación y calmar el sistema nervioso. Aprender a relajar el cuerpo y la mente disminuye la percepción del dolor y mejora la calidad del sueño, lo que contribuye a un mayor bienestar general. En nuestro centro, te enseñamos estas herramientas para que puedas utilizarlas de forma regular y así mejorar tu capacidad de gestionar el dolor en el día a día.
- Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT): la ACT te enseña a aceptar el dolor crónico sin luchar contra él. En lugar de centrarte en eliminar el dolor, trabajamos para que te comprometas con acciones que te permitan vivir una vida plena, incluso con la presencia del dolor. El enfoque se basa en mejorar la flexibilidad psicológica para enfrentarte a los desafíos diarios de manera más efectiva.
- Terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares): la terapia EMDR es una técnica eficaz para tratar el dolor crónico que tiene una raíz emocional o está asociado a traumas pasados. Originalmente desarrollada para tratar el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el EMDR ayuda a reprocesar recuerdos y emociones no resueltas que pueden estar contribuyendo al mantenimiento del dolor crónico. A través de una estimulación bilateral, como el movimiento ocular, se facilita el reprocesamiento de estos recuerdos, lo que reduce el impacto emocional y, en muchos casos, la intensidad del dolor físico asociado.
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